Cuando te dan la mala noticia te das cuenta de lo injusta que es la vida. Prefieres no decir nada así que simplemente te vas, no sabes a donde pero te vas a algún lugar en el que poder reflexionar sobre todo. Piensas que después de algo malo llega algo bueno, pero las cosas no siempre son así y llegan más noticias malas. En ese momento te preguntas qué has hecho para merecer todo eso y no encuentras respuesta, no la hay.
Después de todas esas malas noticias cualquier cosa buena, por insignificante que sea te da fuerzas y esperanzas para pensar que quizás la suerte cambie y así es. Parece que todo mejora y vuelve a si sitio, entonces te das cuenta de que en los malos momentos has tenido gente para apoyarte, gente que no te falla, gente que sin la cual todo habría sido peor, a esas personas hay que agradecerles el simple hecho de estar ahí.
A veces la mala suerte va para el que menos lo merece, esto es así.
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