lunes, 3 de marzo de 2014

Las cosas cambian.

Un día cualquiera en el que estás tranquilo, con tus cosas y tus pensamientos llegas a casa y todos tienen mala cara, lo normal sería preguntar qué pasa pero casi prefieres no saberlo, al final preguntas. 
Cuando te dan la mala noticia  te das cuenta de lo injusta que es la vida. Prefieres no decir nada así que simplemente te vas, no sabes a donde pero te vas a algún lugar en el que poder reflexionar sobre todo. Piensas que después de algo malo llega algo bueno, pero las cosas no siempre son así y llegan más noticias malas. En ese momento te preguntas qué has hecho para merecer todo eso y no encuentras respuesta, no la hay.

Después de todas esas malas noticias cualquier cosa buena, por insignificante que sea te da fuerzas y esperanzas para pensar que quizás la suerte cambie y así es. Parece que todo mejora y vuelve a si sitio, entonces te das cuenta de que en los malos momentos has tenido gente para apoyarte, gente que no te falla, gente que sin la cual todo habría sido peor, a esas personas hay que agradecerles el simple hecho de estar ahí.

A veces la mala suerte va para el que menos lo merece, esto es así.

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